a disfrazar la realidad.
A camuflar las emociones
y a esconder dentro,
muy dentro
nuestros miedos.
Doble cerrojo al corazón
y la persiana hasta abajo
que no reluzca,
que no quepa el mínimo resquicio.
Ahora ¡cierra los ojos!
No vaya a ser que lo descubras
no vaya a ser que lo veas
que te mate
que te dañe
que te destruya.
No vaya a ser que,
de una vez
nos demos cuentas
de que no le tememos a la mentira...
Que no hay nada que nos dé mas miedo que nuestra p r o p i a v e r d a d.
0 comentarios:
Publicar un comentario